De toda la conversación que tuve con ella, esta fue la frase mas impactante de todas, "Cuídate de ti mismo", suena raro verdad, pero a veces aun sin darnos cuenta, somos nosotros mismos los artífices de todas las cosas malas que nos suceden...

Y "Ella" lo sabe muy bien, estuvo ahí cuando la necesité, para darme un jalón de orejas, para secar mis lágrimas, para darme un abrazo, para tomar una cerveza, para tocar una canción, para cantar una canción, para hacerme recordar que mis manos sudan cuando estoy nervioso...en fin, siempre estuvo ahí, aun cuando no estaba, siempre estuvo, de una u otra forma le debo mucho, a esa pequeña renegona de risa contagiante, que a veces tiene sus ataques hilarantes y no puede detenerse hasta que le falta el aire, una mujer muy madura para la edad que tiene, y que ha vivido mas cosas de las que puedo contar en un post.

La conocí en febrero del 95, en esa época yo tenia 11 años, había terminado la primaria con méritos, y me preparaba en un curso vacacional de razonamiento matemático a fin de empezar la secundaria con el pie derecho, bueno, ese día había un sol tan fuerte que hacia que el cerebro se me secara y yo, adorador del pantalón Jean, y las zapatillas tipo botín, me creía el mejor vestido del salón, en realidad mi presencia paso desapercibida, había una pequeña peligreñuda en la fila de adelante que mantenía la mano siempre arriba respondiendo pregunta tras pregunta, y obviamente el profesor estaba totalmente prendido de ella, recuerdo que le pregunte al chico de al lado quien era ella, y me dijo: "Se llama Gabriela, Gabriela Dominguez"...ese nombre quedo grabado en mi de un golpe, ella estaba con un short, unas hojotas, y un polo sin mangas, con unos lentes en su cabello que estaba sujeto por una cola, no voy a negarlo quede impactado, pero ella no supo que yo existía hasta que en abril de ese año empezamos las clases, por obra y gracia del Espíritu Santo terminamos en el mismo salón de clases, y mucho mejor aun, nuestra tutora nos sentó juntos, nuestra sección la E...esta mujer (bueno en esa época niña) era una cajita de sorpresas con falda, resulta que cada cosa que uno hacia terminaba siendo la competencia del otro, pero al final nos hicimos muy buenos amigos (por cuestiones de espacio no me pidan que les cuente 13 años de mi vida, sean conscientes).

Bueno ahora esa peligreñuda niña es una mujer, una hermosa mujer, que se fue de viaje a Argentina en busca de nuevas ideas, y de mejores opciones, tal vez en busca de su sueño, no lo se, pero si estoy seguro de que se fue a dejar huella, por que sabe lo que hace, a veces me apena no haber estado mas tiempo a su lado, pero tal vez las cosas se dieron así por algo, antes de despedirnos, luego de haber hablado casi una hora por teléfono (si Gaby fue casi una hora, aunque no nos hayamos dado cuenta) le hice una promesa, la verdad la admiro mucho, y por ella, por mi, por todos, cumpliré mi palabra...se que a la distancia sigues cuidando de mi, y no olvides que este 21 deberás tomarte una cerveza a mi nombre, y cantarme mi Happy Diablo (hasta los 20 es santo después ya no) a la distancia, no olvides que te quiero y muchas gracias por estar ahí...tu también cuídate de ti, yo aquí te espero Gabyota.

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