Eran las 23:10 y ella regresaba de visitar a un solitario hombre que pidió compañía esta noche.
Encendió las luces de la sala y se sirvió un trago, una noche mas se repetía, una noche mas como todas, sin nada de importancia, solo hombres que desean satisfacer un entupido apetito sexual que se presenta de vez en cuando, y ella, desde el otro lado del espejo esta dispuesta a cumplir sus deseos por un manojo de billetes que no necesita. Tenia todo el dinero que quería, pues venia de una familia económicamente acomodada, su padre vivía en el extranjero y su madre falleció cuando ella tenia 15 años, el único motor que impulsaba tal actuar no era la necesidad, si no tan solo placer, tal vez en algún momento de su vida se le cruzo la idea de conocer a muchos hombres, y que mejor que en la cama se dijo alguna vez...
Dejó el vaso sobre la mesa de centro y se subió a su cuarto, encendió el computador y se sentó frente a él, muchos correos pidiendo compañía, ella no se acostaba con cualquiera, los seleccionaba, tenían que tener requisitos previos antes de que "su solicitud" sea aceptada. Un gerente de una empresa internacional, un auditor de una compañía de seguros, un universitario a punto de graduarse, un cuarentón divorciado con mucho dinero, y...un mail extraño...el remitente: un tal Platónico, el asunto: Agrégame.
Por un momento pensó en eliminar aquel correo, pero la intriga le carcomía la razón, y por un momento dijo...por que no?? si es otro idiota mas, simplemente tengo que borrarlo.
Ingreso al mensajero y escribió la dirección de correo, cuando terminó de ingresarla, una ventana de conversación se abría frente a sus ojos...
Platónico: Hola, pensé que no me ibas a agregar.
Soledad: Por un momento no lo hago. Dime que deseas.
Platónico: Conocerte

Soledad: Y para que quieres conocerme

Platónico: Por que me han dicho que eres muy hermosa

Soledad: Todos dicen eso, pero no te dejes llevar por lo que dicen.

Platónico: Es por eso que quiero conocerte.

Soledad: Pero yo cobro caro y no se si podrás pagar lo que pido.

Platónico: Te equivocas, no estoy buscando sexo.

Soledad: Entonces que deseas.

Platónico: Ya te lo dije, conocerte.

Por un momento se quedo en silencio, no sabia si era un broma o tal vez ese tipo se trataba de hacer el interesante, decidió que ya fue suficiente lo que había leído y movió el cursor sobre el botón “cerrar” de la ventana cuando un mensaje en la pantalla la hizo detenerse.

Platónico: Si quieres cerrar la ventana y dejar de hablar conmigo dímelo, prefiero que me digas las cosas directamente a tener que suponerlas, pero no es mentira lo que te digo, quiero conocerte. Me gustó charlar contigo, espero que tengamos la oportunidad de volver a hacerlo, hasta luego Soledad.

Platónico se ha desconectado

No podía creer que alguien contactara con ella solo para conversar, pero sintió algo distinto en esa persona…algo que nunca había sentido en alguien, algo extraño.

La noche siguiente no tuvo clientes, últimamente se había puesto muy selectiva con los que le escribían, pero como no tenia la necesidad de aceptar la burdas peticiones de esos hombres que no podían conquistar a una mujer para llevársela a la cama, no le importaba.

Un asistente de gerencia, un abogado, un pintor, un militar de alto rango y…platónico. Nuevamente le había escrito, el asunto de su correo solo decía una palabra…”conéctate”.

No quería hacerlo, no quería caer en el juego de alguien a quien no conocía, pero el nudo en la garganta la hacia dudar, por un momento pensó en apagar el computador e irse a dormir, pero…por alguna extraña razón que no comprendió, se conectó…

Platónico: Hola como estas??

Soledad: Bien, y dime que deseas ahora??

Platónico: Entiendo que no quieras confiar en mi, pero es la verdad, quiero conocerte.

Soledad: Y que conseguirás con eso.

Platónico: Ver a la mujer mas hermosa de la ciudad

Soledad: No soy una modelo a la que puedes observar, mejor cómprate una revista para adultos.

Platónico: Cual es tu plato favorito??

Soledad: Que?? Por que me preguntas eso??

Platónico: Vamos responde, no seas así.

No entendía lo que estaba pasando por que tanto interés de un desconocido…por que así, por que ahora??

Platónico: Te gusta la comida China??

Soledad: Me gustan las pastas

Platónico: A mi también, conozco un lugar donde las preparan muy bien, espero que podamos ir a comer algún día.

Soledad: Espero que tengamos la oportunidad, y dime, cual es tu canción favorita?…

Cuando pudo regresar a la realidad le dolían los dedos por haber escrito tanto, en la cara del reloj se podía observar las 04:30, el sol estaba a punto de salir pero a ella no le importaba, era la primera vez en la que se había dedicado a “conversar” con alguien de esa forma, era la primera vez en mucho tiempo en la que se sentía tan bien.

Se despidieron con muchas promesas y risas y se fue a su cama, a soñar un rato en como era él, si era alto, delgado, de lindos ojos, se ilusionó, o tal vez…se enamoró…era un sentimiento nuevo, la vida la había vuelto fría, y un correo encendió en su corazón tanto fuego como para derretir su gélida armadura…

Las conversaciones se sucedían, día tras día se citaban y conversaban largas horas. Por fin encontré a alguien, a quien tanto busqué se dijo a si misma, alguien que podría sacarla de tantas sombras, del infierno personal en el que se encontraba…

Platónico: Te puedo ver hoy??

Se le hizo un nudo en la garganta, ella también tenia ganas de conocerlo, pero ahora, tan pronto, no sabia que hacer o que decir, todo parecía tan hermoso como para ser verdad…

Soledad: Hoy?? O sea ahora, esta noche??

Platónico: Si, ahora mismo, puedes venir a mi casa??

Ella no lo podía creer, hoy podría conocer a su príncipe azul, a aquel hombre que le hizo conocer un mundo distinto y de una manera mágica, extraña…pero bonita.

Soledad: Esta bien, dime como llegar…

Luego de recibir la dirección, salio corriendo hacia su ropero, busco el mejor de sus vestidos, ni muy apretado ni muy suelto, quería verse bonita, estaba nerviosa, era la primera vez que le pasaba algo así, cogió un abrigo blanco y bajó las escaleras rápidamente, salio a la calle y alzo su mano para llamar un taxi, no le importó lo que le iba a cobrar, solo quería llegar rápido a aquella cita tan esperada.

Bajó del auto frente al edificio de departamentos, subió rápidamente hasta el 4to piso, se detuvo un momento frente a un espejo que se encontraba en el pasillo para arreglarse un poco el cabello, titubeo frente a la puerta un momento antes de entrar, el corazón le golpeaba fuertemente el pecho, parecía como si el corazón le saldría volando, hasta que por fin tomó valor, luego de dar unos cuantos golpes a la puerta, una voz a lo lejos le pidió que ingrese, era un voz dulce, joven, la hizo sonrojar por un momento.

Al abrir la puerta pudo distinguir una figura sentada frente a un computador, al ponerse de pie se pudo dar cuenta de que era un chico de aproximadamente 17 años…

Soledad: Platónico?? Eres tu platónico??

Luego de haber hecho la pregunta pudo ver como 2 chicos de la misma edad se acercaban al computador.

Chico: Nosotros somos platónico, queremos acostarnos contigo, tenemos dinero…que dices??

Una vez más regresó a la realidad de golpe, su príncipe azul nunca existió, nunca podrían ir a comer pastas como el le había prometido, ni habría un futuro juntos como ella había soñado, una vez más esta irónica vida le jugaba una mala pasada.

Sus labios esbozaron una irónica sonrisa, como la que antes permanecía en su rostro…

Soledad: Claro, por que no??…

Minutos más tarde la vieron salir del edificio, con el abrigo blanco en la mano y fumando un cigarrillo, tan vacía como cuando empezó o hasta más, levantó la mano para llamar a un taxi, subió lentamente como aletargada, no cansada, solo triste. El taxi se perdió en la oscuridad de la noche, con un corazón solitario nuevamente.

Epilogo.

La mañana siguiente fue muy fría, una extraña lluvia había mojado todos los alrededores y le ruido de sirenas fue el primer sonido que todos escucharon, la gente se aglomeraba, algunos estaban sorprendidos, otros tristes, vi a unas mujeres sollozar, repitiendo, si era tan hermosa por que lo habrá hecho.

Al acercarme puede ver el cuerpo de una mujer desnuda tendida a orillas del río, parecía un angel que cayó del cielo al cual le arrancaron las alas. Su larga cabellera cubría parte de su rostro, pero aun si dejaba ver sus hermosos ojos verdes, esos ojos tristes, aun a pesar de la inercia de su cuerpo se podía notar tristeza en su rostro, en esa mirada perdida, junto a ella solo hallaron un abrigo blanco. Al levantar el cuerpo, una nota cayo de una de sus manos, era un papel arrugado que tenia escrito con lápiz de labios: “Nunca exististe”.

2 Finales anticipados:

Jen dijo...

oh, el vacío es una cosa terrible... el final es algo obvio, lo hubieras hecho más sutil...

Jen dijo...

un becho

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